El orgullo de las escuelas Montessori es el desarrollo armonioso de los niños.
Hay reglas sencillas que quizás subestimamos pero fundamentales para el crecimiento de los más pequeños.
Las mesas y los muebles están diseñados para ser ligeros: esto favorece la participación de los niños en su posicionamiento y movimiento, haciéndolos independientes y responsables.
Con el mismo objetivo educativo, los niños de la escuela Montessori utilizan platos de cerámica y vasos de vidrio.
Esta elección los invita a moverse de manera cuidadosa, prudente y respetuosa, con acciones coordinadas, intencionales y amables. De esta manera, el niño presta mucha atención a su movimiento en el espacio y en relación con los demás.
Un material plástico, irrompible y sensorialmente poco atractivo acostumbraría al niño a cuidar poco los objetos; tratarlos sin el debido respeto y no asumir la responsabilidad de sus acciones.
Por otro lado, si al niño se le enseña a utilizar material frágil, como vasos de vidrio o platos de cerámica, le ayudamos a:
- concentrarse en sus gestos y movimientos: sabe que, si el objeto cayera, podría romperse
- afrontar y gestionar los riesgos y, por tanto, aprender a ser prudentes
- desarrollar naturalmente el respeto por los objetos, el cuidado, la responsabilidad
- Realice movimientos más intencionales y conscientes, administre mejor su cuerpo, refine las habilidades motoras finas y la coordinación mano-ojo
- Manejar mejor las emociones como la frustración y el dolor debido, por ejemplo, a la rotura de un objeto.
- Comprenda que las acciones tienen consecuencias y que es importante prestar atención a lo que está haciendo, con cuidado y concentración.
Las enseñanzas de Maria Montessori insisten muy claramente en la necesidad de proporcionar al niño objetos sensoriales hermosos, interesantes: y el vidrio es una gran oportunidad.
fuente: betterinvetro.it