El Centro de Convenciones Roma La Nuvola es una instalación de congresos internacionales, fue diseñado por Massimiliano y Doriana Fuksas para Eur SpA.
Una de las principales características es su gran flexibilidad, la capacidad de albergar eventos con características muy diferentes, puede tener una capacidad total de más de 8.000 asientos, manteniendo siempre un enfoque ecocompatible y soluciones tecnológicamente avanzadas.
La superficie construida del RCC La Nuvola es de 58.500 metros cuadrados y se divide en 3 grandes áreas: la “Teca”, la “Nuvola” y la “Lama”.
La Teca: La Teca es la “caja” principal del edificio, un paralelepípedo de acero completamente transparente y con una fachada de doble vidrio.
La Nuvola: La Nuvola es la sala de congresos interna. La Nube es el elemento característico del proyecto.
Se engancha solo en dos puntos, y flota en la Teca.
La Nuvola está fabricada en acero recubierto de una lámina semitransparente de fibra de vidrio microperforada que garantiza el efecto “nube”, que es flotante y casi impalpable.
En el interior, el auditorio está revestido con paneles de madera negra que garantizan una acústica perfecta a la sala.
La Lama, en cambio, es el hotel junto al actual centro de congresos, concebido como una estructura completamente independiente.
Con la creación de esta obra, el nuevo centro de congresos de Roma se ha convertido en una entidad tan particular que hace del arte un escenario amplio y muy funcional. Recordemos que en el interior hay un auditorio con 1800 butacas.
Para intrigar un proyecto con un nombre tan etéreo están las características tecnológicas y constructivas de una estructura que parece prometer intangible.
Parece un ascenso al cielo, se puede llegar a la nube a través de escaleras mecánicas de una pieza, que son las más largas de Europa.
La Nuvola Fuksas está formada por una estructura portante de acero que soporta el auditorio y una estructura secundaria calandrada que, formando una serie de curvas, reproduce las suaves líneas de una nube.
Las vigas calandradas se cubren con láminas de fibra de vidrio translúcida (15 mil metros cuadrados) fijadas a las vigas de la estructura secundaria.
Por la noche con las luces encendidas, la nube de Fuksas se vuelve aún más especial, de hecho la lámina traslúcida que la recubre destaca dentro de la carcasa y, más que durante el día, se destaca aún más el efecto nube, tan estudiado por el 'arquitecto.
fuente: Architetturaecosostenibile.it, eurspa.it
