Aproximadamente 100 mil millones de envases de vidrio se producen anualmente.
El mercado del vidrio tiene un valor de más de $ 100 mil millones al año. El vidrio se ha producido durante 9.000 años, sin embargo, los contenedores de reciclaje solo se introdujeron en la década de 70.
Hay países como Suecia que alcanzan picos de reciclaje del 90%, la media de Estados Unidos no llega al 40%. El Reino Unido utiliza alrededor de 3,6 millones de toneladas de vidrio, de las cuales menos de un millón se recicla. El resto va a los vertederos.
El vidrio es un producto curioso, se puede reutilizar indefinidamente, pero el proceso de producción requiere mucha energía y además para el reciclaje los costos son altos tanto para la recolección como para el transporte.
Andrew Ungerleider y Gay Dillingham, fundadores de EARTHSTONE INTERNATIONAL LLC (1995 en Nuevo México, EE. UU.) Han considerado convertir el vidrio desechado en una espuma de vidrio con una amplia gama de aplicaciones potenciales.
Para obtener la espuma de vidrio, el vidrio usado se tritura en polvo, luego se calienta y se inyecta con CO2, creando una espuma ligera, resistente y económica.
El campo de aplicación de la espuma de vidrio es amplio.
Ake Mård, un contratista de construcción sueco, convirtió la espuma de vidrio en bloques para edificios prefabricados, paredes y techos para casas.
De hecho, el vidrio, lleno de diminutas burbujas de aire, se convierte en un material de construcción ignífugo y aislante.
Esta nueva técnica de construcción ha sido aprobada por la Unión Europea.
El agua no puede penetrar estos bloques, ningún parásito atraviesa las paredes, ningún hongo crece en la pared y el factor de aislamiento supera a las alternativas conocidas en precio y rendimiento.
Esta es una solución muy interesante para reducir el desperdicio de material y crear una economía que sea rentable y verdaderamente circular.
